martes, 25 de mayo de 2010
UNA CIUDADA “TRAQUETIZADA"

Villavicencio, capital del Meta, es conocida ya no solamente por sus paisajes llaneros y su comida típica sino por una ola de nuevos narcos que han traído consigo el incremento de las llamadas niñas “prepago.”
El narcotráfico existe en los Llanos desde la época de Pablo Escobar cuando en esta región se producía y transportaba coca como pan caliente. Sin embargo, en los últimos años se ha registrado un crecimiento de esta actividad ilegal , debido en parte a que dos de los narcotraficantes más buscados en la país operan en esa zona. Alias el “loco barrera” y “cuchillo” son dos delincuentes dedicados al tráfico ilegal de drogas. Ambos nacidos en los Llanos orientales, hoy son el principal objetivo de las autoridades.
Estos dos capos se han encargado de hacer crecer el negocio en la región, y por lo tanto de reclutar jóvenes que quieran hacer dinero rápido, cosa que no es muy difícil de encontrar por estos días. “ Por lo general el traqueto es muy regionalista. Siempre va a querer trabajar con gente de su mismo lugar de origen”, asegura Gustavo Riveros, un piloto llanero que por circunstancias de la vida ha estado por mucho tiempo en contacto con este bajo mundo y por ende lo conoce muy bien. Según el joven aviador, esta es una de las razones principales por las cuales el narcotráfico está teniendo tanto auge en los Llanos orientales. Con capos como cuchillo y El loco barrera a la cabeza, es muy factible que se formen pequeños grupos y líderes que manejen y muevan el negocio.
En villavo hoy en día opera la onda del mafioso y la prepago. Cuando se recorre la ciudad se ven ostentosas camionetas pasear por las calles con mujeres de igual forma muy llamativas.
El aumento de estos personajes en el lugar ha despertado aún más el interés de las jovencitas por el dinero. Hay quienes aseguran que en villavo “lo dan hasta por una muda de ropa”. Hoy, hay todo tipo de prostitución en esta ciudad que crece a pasos agigantados. Prostitución tradicional en los famosos burdeles, como en cualquier ciudad, prostitución cara (las prepago), prostitución a domicilio, prostitución en menores de edad, que se trata de jovencitas aún sin graduarse del colegio y muy apetecidas por los narcos.
Se ha vuelto un verdadero problema social, donde las jovencitas se deslumbran por sólo ver brillar el oro. La ausencia de valores en sus hogares, la falta de oportunidades de estudio y hasta lo que los medios de comunicación que venden programas como el capo o las muñecas de la mafia, son factores que han jugado un papel determinante en este fenómeno.
La sociedad está tan contaminada con toda esta onda que es muy común que se ofrezcan este tipo de servicios en todas las ciudades de Colombia. La demanda de las llamadas pre-pagos, por parte de los narcotraficantes y de algunos turistas, es tal, que otro de los negocios que prospera hoy en los llanos es el del Proxeneta, quien las maneja y vende como si se tratara de artículos.
El trabajo del proxeneta consiste en reclutar niñas en los colegios y universidades para ingresarlas al mundo de la prostitución. “ A estas niñas les ofrecen buena plata, ropa fina y la oportunidad de conocer hombres con mucho dinero que posiblemente pongan el mundo a sus pies a cambio de acompañarlos y de complacerlos sexualmente”, cuenta Wilfredo Zúñiga allegado a un proxeneta de la ciudad.
El negocio del proxeneta consiste en ubicar los contactos para vender a la niña y obtener un porcentaje de lo que les paguen. Ellos son una ficha clave para las prepago, porque son quienes conocen a los personajes, tienen el contacto y asimismo son los sujetos en quienes los traquetos confían para que les consigan las mujeres. El proxeneta es el sello de garantía la hora de realizar la “compra”. Es decir, es la persona que asegura seguridad tanto al traqueto como a la prepago.
Muchas veces en este tipo de situaciones el traqueto es muy prevenido de las personas que se acerquen a él. en este caso temen que puedan ser mujeres incubiertas y que terminen perteneciendo a “la ley”. Por otro lado, las prepago temen por sus vidas o por el trato que vayan a recibir. A veces, las humillen y hasta les pegan. El trabajo del proxeneta es evitar que cualquier situación como esta suceda. La mayoría de la veces los traquetos se “casan” con un sólo proxeneta y únicamente contratan mujeres ofrecidas por esa persona.
“El precio de una prepago en Villavicencio puede variar según el “marrano” y lo “buena” que esté la vieja,” comenta Gustavo Riveros. Sin embargo, comparado con otras ciudades, villavo es una plaza “barata”. El precio oscila entre 200 mil hasta 1 millón de pesos. Para escoger las mujeres, los traquetos la mayoría de las veces llaman al proxeneta y le piden que lleve unas amigas determinado lugar para un casting. Si tienen una fiesta de cinco hombres, hacen llevar diez o doce mujeres que se sometan a la selección.
El proxeneta recibe el 30% del precio que tenga la prepago. El personaje es quien maneja los pagos y los horarios. Generalmente estas mujeres, a diferencia de las prostitutas tradicionales, cobran por día o por fin de semana. Sin embargo, puede pasar que algunos traquetos se amañen con una mujer de estas y, como ellos lo llaman, la incluyan en la “nómina”. Esto significa que el sujeto hace a la prepago su “novia” y tienen un contacto permanente. “un traqueto puede tener hasta tres de estas mujeres incluidas en su nómina, sin incluir a su verdadera esposa”, cuenta Felipe Peñuela, otro piloto contactado por nuestro equipo investigativo. Las mujeres que ingresan a la nómina de un traqueto reciben una mensualidad y obsequios extra como ropa, viajes, carros etc.
El incremento de este tipo de prostitución se ha elevado a tales magnitudes, que han empezado a llegar mujeres de ciudades como Pereira, Manizales, Armenia y Cali, para ampliar y variar el mercado.
Aunque el narcotráfico exista en región desde hace décadas, el aumento de las prepago se viene registrando desde hace cinco años. Lo más preocupante del asunto es que cada vez este fenómeno es visto con más naturalidad entre las niñas de todas las clases sociales. No siempre las que quieren entrar a este mundo son necesariamente pobres. En la actualidad, las autoridades locales conocen la situación pero no hay medidas que según ellos, se puedan tomar al respecto, ni tampoco programas sociales o campañas que inciten a repudiar el negocio.
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